miércoles, 5 de agosto de 2009

UNA OPORTUNIDAD IV

Aqui os llego con la cuarta parte de esta novela llamada "Una oprtunidad", vengo escribiendola hace mucho y se ha convertido en una de mis favoritas...
Las horas pasaron y llegada la cena me bombardearon de preguntas. Nora se entusiasmaba con cada respuesta que le daba a cada pregunta que me hacia, en tanto Monica reía y aplaudía con cada gesto de risa que le daba su madre, ambas eran el merengue sobre el pie de limón que era la cena puesto que, mi padre y su hijo, eran un limón ácido...ahí los dos...callados juzgandome desde su silencio. Cuando por fin termino la cena mi padre me llevo a conversar a solas con el en el living, Monica me dio un fuerte beso en la mejilla y Nora uno el la frente-Que duermas bien- me dijeron ambas subiendo las escaleras. Era la primera vez que el corazón me saltaba de alegria con una simplicidad como aquella.

Mi padre se sentó sobre un cómodo sofa de cuero, ubicado en una esquina, justo debajo de una lampara, dándole un toque intimidante. Yo, frente a el, algo inquieto por la situación me meneaba de un lado a otro sentado en una silla justo en frente de el.

-¿Y...como haz estado todo este tiempo?-me pregunto poniendo su mano en la barbilla
-¿Bueno..? creo que bien, no me ha faltado nada, me cuido perfectamente bien solo
-¡¿Te cuidas tu solo?!-levantando la voz
-Si, vivo solo en mi "Pent House" en el Hotel "Longoria", recibo dinero de Jack y tengo el privilegio de ir y venir a donde yo quiera
-¿Y estudias?
-Cuando tengo ganas
-Es decir nunca
-En realidad tres días a la semana, tengo maestros particulares
-Es haci como te cría tu madre-grito
-No veo a mi madre casi nunca, haci que ella no me cría, lo hago yo mismo-dije algo molesto
-¿Como es posible que tu madre te deje solo?¡Es una irresponsable!-me gritaba furioso
-Tu también me dejaste solo...también eres un irresponsable-le dije y sentía como se apretaba mi pecho.

El se quedo quieto, callado, mirando el vacio, como si mis palabras le hubieran golpeado el corazón. Largo rato nos quedamos en silencio, yo ya no tenia mas ganas de hablar ni mucho menos pelear, estaba tan cansado, mi alma estaba cansada.
-Disculpame-musito-luego me miro a los ojos, pareciera que fuece a decir algo pero, en cambio, bajo su mirada, se levanto del sillón y salio de la habitación dejandome solo, otra vez.

Durante la noche me costo conciliar el sueño, me sentía extraño, fuera de lugar; pues obvio no era mi cama ,ni mi pieza, ni mi casa-Creo que fue una estupidez venir acá-Pensaba mientras me giraba una y otra vez en la cama.

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