martes, 27 de abril de 2010

Fan Fic "Latin Hetalia"


(Oh!, hace mucho que no escribo)

Este es mi primer Fan-Fic, aunque ya había probado con el slash de SPN , pero un día viendo doujinshis (una cosa muy similar) se me ocurrió hacer un fics (ya que no le doy una con el dibujo). Haci que disfrutenlo.

Latin Hetalia "27-02"

Es una calurosa noche de verano, y por culpa de ese bendito calor, Manuel estaba teniendo una de sus típicas pesadillas "No tengo dinero!!!, ¿Cómo pagaré la patente y las tarjetas? NOOO!!!" , algo ya muy común con la llegada de marzo, y en uno de sus tantos revolcones por la cama cayó, sin más, al frió suelo.
-Auch!- grito- por la...-volvió a gritar sobandoce con fuerza su adolorida cabeza.
despegando sus ojos, y tratando de ver en la penumbra, se levanto del suelo y fue a buscar algo que calmara la sed nocturna. por la flojera no prendió las luces del pasillo y llego todo lastimado, en las rodillas y los pies, hasta la cocina, abrió la puerta del refrigerador y tomo una lata de bebida, la bebió con ganas , se sentó en una silla cerca del refrigerador y dejo la puerta abierta para que lo "heladito" lo refrescará, miro el reloj en su muñeca.
-Son las 3:39- se dijo- He dormido tres horas- bostezo y se hecho sobre la silla. De pronto llego un estruendo como si una aplanadora pasará justo a su lado, acercándose horriblemente, luego un movimiento como de coctelera movió todo a su alrededor, hasta la silla en la que se encontraba se movía de un lado a otro impidiéndole ponerse de pie, luego todo se puso más oscuro...y a lo lejos solo el ruido de las alarmas de los autos se oían.
Después de dos infartantes minutos se detuvo. Manuel logro ponerse de pie y, esta vez, salio de la casa sin toparce con nada , afuera la gente caminaba presurosos al final de la calle, Manuel los imito. A su alrededor la gente exclamaba por lo sucedido, algunos lloraban y otros rezaban, otros eran prácticos y buscaban una solución para el posible peligro, la salida del mar. De nuevo una replica, todos gritaron y Manuel, con voz de líder, llamo a la calma.
-Debemos subir al cerro, ¿donde hay una subida a lo alto?- pregunto a la multitud.
-Hay que bajar una cuadra y doblar a la izquierda- dijo un hombre de casaca negra- Desde ahi se puede subir.
Manuel hizo un gesto para que todos subieran y ayudando a una abuelita subieron un escabroso cerro al lado de una casa, las replicas se sentían más fuertes.
A la mujer le costaba subir el cerro, le dolían las rodillas y ya no quería subir más.
-por favor, un poquito más - le suplicaba . Pudo ver la sonrisa de cansancio de la abuela gracias a la brillante luna y gracias a esa luna el camino no se hacia más difícil.
¿Han oído cuando un camión enorme pasa a tu lado?,¿ el movimiento del suelo y el ruido de las ruedas presionando el asfalto?, un sonido similar, pero aumentado diez veces, se oyó a lo lejos. Como por reflejo todos, todos los que subían ese cerro, miraron al mar que estaba a sus espaldas.
Una linea negra cruzaba de costa a costa el océano, mar adentro, la roca que el día anterior se encontraba tapada por el agua se veía clara y completamente, la peor escena que ni una película de desastres naturales podría imitar. Manuel de pronto soltó la voz.
-Suban!!!- grito a todo pulmón. Todos, incluso la agotada abuela, olvidaron su cansancio y corrieron a la cima del cerro .Al llegar ahí, gracias a los árboles, el océano no se veía, solo el ruido de las salvajes olas y de maderas chocando contra las rocas. de nuevo una replica. Ya eran las 4:00 a.m.

Dos noches y un dia Manuel paso en el cerro, tenia el cabello pegoteado y la garganta seca, pero le dolía más el corazón de ver tanta gente llorando mientras buscan a sus seres queridos. Ya no tenia palabras para dar.
Al amanecer del día domingo decidió salir como sea del pueblo, llegar a Santiago y comenzar a ayudar a esas personas, pero ¿cómo salir?, "de seguro los caminos estarán cortados y no debe haber buses", se decia una y otra vez mientras caminaba con sus maletas hacia la salida del pueblo.
-La única manera para salir es haciendo dedo por el camino viejo- le dijo un hombre que sacaba cosas de su casa para subir al cerro, detrás de él la desolación que dejo la enorme ola, llevandoce centenares de casas y vidas.
-Gracias-le sonrió y escucho
-Vengan pronto.
Manuel respiro hondo y empujando su maleta se dirigió al "camino viejo", nadie había en las calles.
Tres autos y una camioneta pasaron e hicieron que no lo vieron.
-Wueones- gruño entre dientes- ¿Cuánto tendré que caminar?- dijo, cuando de pronto el incesante sonido de una bocina lo perturbo.
-¡¿Qué.......?!- casi iba a gritar los improperios más vulgares y sacarle a toda la familia del "imbécil" que lo fastidiaba, pero se trago sus palabras y se mordió la lengua cuando vio que del escandaloso auto azul marino, con la mitad del cuerpo afuera, y agitando los brazos estaba Martín, con una sonrisa de oreja a oreja y los ojos brillosos. Cuando el auto se detuvo salio estrepitosamente y en un segundo se encontraba abrazando a Manuel.
El corazón, a Manuel, se le lleno de dicha, se sintió seguro en los brazos de Martín quien no dejaba de acariciarle el pegajoso cabello y le hablaba al oído.
- Nunca te vuelvas a ir sin mi.
-Callate!- le decía Manuel algo avergonzado por la intima situación.
-Es verdad- Martín lo obligo a mirarlo a los ojos, con sus frentes pegadas- Me muero si te pasa algo- le dijo tan bajito que solo Manuel, ahí tan cerca, podía oírlo. El corazón le empezó a latir rápido, sabia que si no se lo quitaba de encima Martín se aprovecharía, pero no tenia ganas de apartarlo, quería quedarce un poco más, así, con él...y Martín se aprovecho, poso sus labios sobre los de Manuel, pero solo alcanzo a darle un pequeño toque, cuando
-Hey!- un grito con tono a reproche los interrumpio- Podrían no filtrear frente de mi- era Miguel, quien venia conduciendo y quería salir rápido de ahí- Otra vez esta temblando- dijo con cara de pánico.
Los tres se metieron raudos al auto y emprendieron rumbo a la capital. En el asiento de atrás Martín no dejaba de acariciar a Manuel, este solo se dejaba.
-¿Por qué tú pelo está pegajoso?
-porque no me he bañado y ante noche hizo mucho calor- le contesto sin ánimo.
-Che, entonces estas re-sucio- le dijo con una sonrisita en la boca que Manuel noto.
-¿Por qué te ries?- esto le daba mala espina.
-Nada...solo que llegaremos a bañarnos.
-ni se te ocurra- le gruño- Llegaré, me bañaré y partiré a hablar con mis superiores....tengo que volver.- su voz se iba apagando con cada frase, al igual que sus ojos. Martín se sintió aun más triste y solo atino a acercarlo a sus brazos y acunarlo en su pecho.
- Debes comer algo y descansar primero- interrumpió con cuidado Miguel, tratando de no desarmar bonita escena.
-No tengo tiempo- dijo despacio Manuel, con su rostro pegado al pecho de Martín.
-Debes dormir, te enfermarás- le repetía.
-Ya no hace falta decircelo- dijo Martín- Ya esta durmiendo- entre los brazos del rubio muchacho descansaba plácidamente Manuel, el joven parecía feliz.

Llego de ocho horas llegaron a una hermosa casa en el barrio antiguo de Santiago. Martín no quería despertar a Manuel, le acariciaba la cabeza y se resistía a salir del auto.
-Saldré, solo si lo cargo- le dijo con un mohín infantil.
-Haz lo que quieras- dijo con fatiga- pero no será mi culpa si él se enoja.
Martín se disponía a sacar a Manuel como una doncella del auto, pero este despertó abruptamente y salio raudo del auto. Aún adormilado se devolvió dos veces a buscar algo al auto. - Tú maleta- se la entrego Miguel con una cara de preocupación. El muchacho de cabellos negros y pegajosos se volteo.
-Mu..muchisimas gracias- les dijo, con una cara de vergüenza y sincero agradecimiento. Entro corriendo a su casa.
A las 17:00 horas se encontraba, ya limpio, en un gran salón reunido con las grandes personalidades políticas del país. Su jefa directa, la presidenta Michelle Bachelet, le preguntaba por su estado de salud, preocupada como una madre, él solo sonreía para ocultar su cansancio.
Su secretaria, con insistencia, lo llamaba con un movimiento de manos.
-¿Qué pasa?
-El señor Martín Hernandez desea verlo, le esta esperando en su oficina.
-¡¿Qué?!- exclamo-¿ le dijiste que estoy ocupado?- ya estaba irritado.
-Sí, pero insiste y dice que es urgente.
-Para él TODO es urgente...- ahora Manuel estaba más que enojado, se había acumulado la incertidumbre, la pena, el sueño y ahora "esto", le agradecía todo lo que ha hecho por él hasta ahora, pero detestaba esa forma tan desmedida que tiene Martín.
Se excuso con los presentes y se fue rápido a su oficina, tan cansado se encontraba que no tenia buen sentido de orientación y varias veces se equivoco de puertas. Cuando, por fin, encontró la habitación correcta se sorprendió al ver al otro lado a todos sus vecinos países reunidos en un pequeño cuarto. con la amabilidad que lo caracteriza, Miguel se acerco a él y le extendió la mano.
-Mi presidente, el señor Alan Garcia, manda condolencias por las victimas y fuerzas para el país- y le sonrió amablemente. Manuel quedo sin palabras.
-Mi presidente Morales también manda sus fuerzas- a su mano derecha salto Julio, con una sonrisa de oreja a oreja.
De pronto, todos los presentes, todos los Latino americanos, entregaron una sonrisa y carpetas con ayuda que se haria fisica durante la semana. Manuel los miro a todos y en un momento todo se volvio borroso, de sus ojos comenzaron a caer lagrimas insesantemente, tal era su emocion que se cubrio la cara con ambas manos, no podia ni dar las gracias.
Unas manos lo tomaron firme por la cintura y lo acercaron al cuerpo, él sabia de quien eran dichas manos y calor, Martín volvia a ser su heroe y salvador.
-Ya...tranqui he- le susurraba al oido mientras que Manuel trataba de controlarce para agradecer como corresponde. Se seco la cara con un pañuelo de bolsillo y aprovecho de secarle el hombro a Martín, el que habia recibido sus lagrimas. Se giró, respiro ondo y, aun con la voz quebrada, dijo un sincero
-Muchisimas gracias, amigos.
Algo extraño sucedio, todos sintieron las ganas de lanzarcele encima, abrazarlo y besarlo, Manuel jámas habia estado ta "tierno y amable" por eso ocasionaba una simpatia por parte de sus vecinos, aunque igual fue Martín el único que se le tiro encima y lo beso por todos.

"Disculpen los improperios ^^, pero Chile es así"