UNA OPORTUNIDAD II

Al bajarme del avión fui a mirar los rostros, para ver si encontraba a mi padre, si a pesar del tiempo podría reconocerlo...y si, ahí estaba con un impecable traje color beige y unas enormes gafas estilo setentero, a pesar de los años su facha impecable y tradicional no había cambiado, salvo su cabello en el cual el tiempo ya se había hecho presente. Me acerque raudo a saludarlo, una emocion en mi comenzo acorrer por mis venas, como un fanático cuando ve a su ídolo, pero al llegar a mi cabeza se detuvo y enfrió.El hombre que tenia en frente ni siquiera abrió sus brazos para recibir a su hijo, el cual no veía hace mucho tiempo, en cambio sus manos permanecieron juntas detrás de su espalda y en posición rígida, como un militar formado

-Christian, bienvenido, tanto tiempo-sus palabras frías y agrias golpearon fuerte en mi pecho y secaron mi garganta, dejando mi cuerpo inmóvil. Tal situación me colocaron, como siempre, en defensiva, me incliné hacia atrás, lo mire con desgano y le dije-Chris Cornwell, ese es ahora mi nombre-tales palabras lo descolocaron , transformando su mirada, cuando pensé que iba a gritarme una mujer, que permanecia ausente a su lado, me rodeo con sus brazos y me dio un fuerte y sonoro beso en la mejilla.

-¡Que felicidad!-grito-por fin te conozco, eres muy guapo, pareces un ángel-me decía con gran felicidad sin soltarme-tenia tantas ganas de conocerte...yo soy Nora, la esposa de tu papa-y agrego-Enrique, saludelo como corresponde.-Mi padre extendió su mano y yo lamia , me dio un fuerte apretón y un golpecito en la espalda

-bienvenido hijo-fue su frió saludo, tomo mi bolso y camino hacia la salida

-¡falta william!-les dije

-¿William? ¿Quien es William?-me pregunto algo enojado

-mi gato. Siempre esta conmigo-le respondí sin dejar de mirarlo fijamente, sentía que si bajaba la mirada o me mostraba intimidado el me atacaría y se tomaría el derecho de mandarme como un capitan a su marino.

-¿un gatito?, que lindo ¿no cree?-interrumpió otra vez la mujer, se nota que conoce muy bien a su marido y conoce las palabras justas y el momento preciso para actuar y calmarlo.